“Montull no hace arquetipos sino seres de humanidad con nombres propios.

Quizá donde lo estatuario se convierte en lección sea en las cabezas talladas o esculpidas que (...) están trabajadas con precisión, detalle y como símbolo de magnífica serenidad.

La exposición de esculturas de Luis Montull me recuerda que desde hace bastantes años no he visto tal calidad, importancia, lección, ni aquí en España ni en mis recorridos foráneos. Me estoy refiriendo a obras y nombres de las artes del siglo XX.

Una sala es lugar idóneo para conocer, pero la obra de Montull requiere, imperiosamente, que sea exhibida en su lugar exacto: al aire libre, en parques, jardines y plazas.”

Elena Flores,